El Mago Descalzo.


...

El árbol de mango de la vecina era gigantesco y su sombra cubría todo el patio; era marzo, por lo que había mangos regados por todo el suelo, como una alfombra de frutos. Yo fui a su casa porque me había prometido contar la historia del Mago Descalzo.
-Hola Luzme, bendición. Saludo asomado de puntillas por el hueco de un vidrio roto de la puerta.
-Dios te bendiga. Respondió mi madrina abriendo la puerta para hacerme pasar. –Mamá llego Manuel.
-¿Tan temprano? Seguro vino a comer porque en su casa no le dieron desayuno. –Responde la grasienta desde dentro de la casa.
-Ya comí pero me gustan más tus desayunos. –Le respondo con rapidez. No quería decirle que había venido a su casa por la historia del mago.
Después de escuchar a la grasienta diciendo como me cuidaba cuando era mas pequeño, aunque no le creo porque no me acuerdo de haberla mordido por darme remedios hechos con hiervas, fuimos al patio a recoger las hojas y los mangos del gran árbol que estaban regados.
Yo me quedé sentado en una de las raíces del árbol esperando a que empezase a contarme, pues ya había escuchado algunos fragmentos de la historia y quería saber más.
-Yo sé lo que estas esperado- Dice la grasienta con cierto recelo en su voz.
-Por favor cuéntame cómo es la forma en que aparece- Le digo, haciendo espacio en la raíz para que se sentara a contarme.
Quizás no se refería a la historia porque su cara quedó congelada con mi respuesta, de igual forma, entendió lo que anhelaba en ese momento y sin más, se dispuso a contarme.
-Realmente no sé mucho de Él, pues tampoco yo le he visto alguna vez- Aclaró la grasienta –Solo te diré lo que he oído hablar a la gente.
“El Mago Descalzo, como lo llama la gente, es un hombre robusto y con barba, se conoce de Él por sus milagros y también es capaz de volver a la vida a los muertos. Es un hombre con un gran corazón y sentimientos hacia las personas pobres y enfermos, dicen que ha curado a miles de personas por todo el mundo, de enfermedades muy graves, para Él no hay nada que no pueda curar, solo creyendo en su magia puedes superar cualquier dificultad. Anda caminando por todo el mundo curando y haciendo realidad el sueño mas inocente que cualquier persona pueda imaginar, haciendo compañía y devolviendo latidos al corazón tenso. Algún día vendrá por aquí a hacer su magia en éste pueblo”.
-¿Cuándo va a ser el día que llegará hasta nuestra casa? –Le pregunto ansioso de verlo.
-Nadie lo sabe, Manuel- Dice la grasienta tranquilizándome con una palmada en la espalda- llegará hoy o mañana, quizás en un mes o un año. Viene caminando con sus pies descalzo y debemos mantenernos atentos y preparados, limpiando nuestro patio para que nada lastime sus pies y asi pueda mostrarnos la magia que tanto nos hace falta.

...

No hay comentarios: